El relator especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) James Anaya denunció este lunes la situación “crítica” de salud y educación de buena parte de los pueblos indígenas del Brasil, además del paternalismo del gobierno, la discriminación, la violencia y la pobreza que sufren, informó un cable de la agencia AFP.
A pesar de que el Brasil tiene una legislación y una constitución consideradas entre las “más avanzadas del mundo” en cuestiones aborígenes, hay “mucho por hacer para mejorar la situación de derechos humanos y para aplicar plenamente esa protección”, dijo el relator especial de la ONU para los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales de los Pueblos Indígenas.
“La situación de salud y educación es crítica para muchos pueblos indígenas”, especialmente en el caso de niños y mujeres, afirmó el relator, un descendiente de apaches norteamericanos, en una contundente rueda de prensa tras una visita de casi dos semanas en el Brasil.
“Aunque culturalmente ricos, los pueblos indígenas (brasileños) continúan económicamente empobrecidos, sin poder suficiente ni oportunidades para desarrollarse sobre una base sustentable, y están siendo continuamente sofocados por la discriminación”, aseguró Anaya.
Denunció falta de recursos en programas básicos, y cuestionó que la mayoría de programas sociales estén realmente llegando a las poblaciones aborígenes. Y aún planteó otro grave problema: “He escuchado alarmantes relatos de violencia contra indígenas, especialmente los líderes más actuantes”.
Anaya denunció el “paternalismo” de agencias gubernamentales y ONG que impiden que los indígenas tomen sus decisiones y gestionen los programas a ellos dirigidos. “Se me hizo evidente que los pueblos indígenas frecuentemente no controlan las decisiones que afectan el día a día de sus vidas y sus tierras”, lamentó.
el relator de la ONU llamó al gobierno a consultar con las poblaciones indígenas los grandes proyectos de desarrollo como construcción de grandes carreteras, hidroeléctricas o minería en gran escala que los afectan.
Dijo aún que percibió en una “significante” parte de la sociedad y de políticos influyentes una posición contraria a las políticas gubernamentales que buscan beneficiar a los indígenas.
Anaya concluyó su rueda de prensa con un pedido a que el gobierno, en asociación con las comunidades indígenas, lance una campaña nacional de educación sobre cuestiones indígenas.
Actualmente entre los 190 millones de habitantes de Brasil, hay aproximadamente 460.000 indígenas de 225 etnias, según la oficial Fundación Nacional del Indio, informó AFP.
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